Este poema escrito abajo pertenece a la escritora Puertoriqueña, Magaly Quiñones el cual lo recibí hace un par de días por correo postal como si fuese un copito de nieve milagroso que cayó del cielo atravesando tormentas tropicales; estados generacionales y mentales; y tumbando con su presencia física al saludo cibernético de la generación G. No quiero dejar de reconocer mi fortuna de tener por buena amiga a Magaly, quien con su poesía y sus consejos me ha incentivado a seguir escribiendo y explorando mi fantasía y sensibilidad por medio de la palabra escrita. He aquí su ofrecimiento festivo y tierno al espíritu de la Navidad…
Rumi Ryman
Rumi Ryman
Mi Niño
Sentido y presentido,
Profundo como un sueño,
Ha llegado a la casa un niño de trigo,
Dulce y risueño.
Haga sol o haya sombra,
Entre las llamas
O en el hondo del palacio de la lluvia,
Sus piececitos
Bordan mis huellas dulces en la penumbra
Y encienden mi emoción cada mañana.
Y crece tan de prisa
Que no me ha permitido hacer ajustes
Ni en la mirada ni en la sonrisa.
Mirándolo jugar, celebro a veces
-hasta con creces- sus ocurrencias
Y observo pensativo, sin pestañear,
Cómo se roba al gato
Su cuota diaria de lagartijos
O quebranta polluelos
Quebrando huevos en el corral.
¡Y es tan lindo mi Niño!
Ya hace pininos, ya el inmenso hemisferio
De la cuchara y los dientes punzantes del tenedor,
Guiados por su mano llegan al tino
A su boquilla dulce como una nana y, algo mejor,
Sabe la diferencia
Entre diestra y siniestra y un sí y un no.
¡Y es tan lindo mi niño!, tan lindo y sabio
Que hoy en su cesta trae para mí,
Cariño, caramelos y regaliz, versos –y una esperanza que crece a diario-,
Justo lo necesario para vivir.
Magaly Quiñonez
Diciembre, 2010