Lo veo cubierto de sombras
Sus ojos vagando me buscan
Me siguen y me encuentran,
Y en un gesto invisible se acercan.
Acabo de hallarlo
Brincando entre extrañas gentes
Asomando sus galantes rizos de sutiles aromas
Que sueldan las grietas de mi viejo patio.
Lo tengo a mi lado lanzándome dardos
De dulces miradas escasas de escombros
Suelta una risotada y me dice:
Quieres jugar conmigo?
Yo le digo que tengo miedo
Y que de seguro perderé
Porque ya no me engalano de su magia.
El me dice inténtalo
Pronto la recobrarás y entonces estaremos a la par.
El temor me acosa
Y le digo que prefiero no hacerlo
Pero mi mirada se escabulle entre su alma distraída
E intento jugar imaginariamente, pero no puedo.
No quiero dejarlo ir
Le prometo que encontrare tiempos libres
Y a escondidas del mundo repasaré sus juegos
Daré mil gritos de entusiasmo en busca de su magia
Calzaré mis zapatos viejos
Y desandaré los caminos que nos separan.
Y lo buscaré entre los suyos para que
Al fin podamos jugar por siempre
Y no dejarnos ir jamás…
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